En su último libro, la investigadora analiza la influencia de la masonería en la génesis de nuestro país. La Orden en Tucumán.
TRABAJO MINUCIOSO. María Florencia Aráoz se entrevistó con masones y accedió a documentación inédita. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO |
¿Qué es la masonería? ¿Tuvo alguna responsabilidad en la génesis de la Argentina como país organizado? ¿Hubo masones activos en Tucumán? Estos son sólo algunos de los misterios que la historiadora e investigadora María Florencia Aráoz intenta develar en su libro "La masonería en el proyecto liberal de la Argentina del siglo XIX (su proyección en Tucumán)", que se presentará el martes 29, a las 20, en la sede del Jockey Club de Tucumán.
Guiada por el afán de descubrir la huella que dejó la masonería en el proceso independentista y en la conformación del Estado Nacional, Aráoz asegura que la sociedad secreta más famosa del mundo tuvo en realidad un papel clave dentro de la historia argentina. "La masonería fue la gestora de un proyecto revolucionario que no sólo permitió conseguir la independencia argentina, sino que sentó las bases de un país progresista. Un proyecto que tenía un hilo conductor que, lamentablemente, se fue perdiendo a partir de 1950", señala. Según la investigadora, el ideario de la Orden -Libertad, Igualdad y Fraternidad- caló hondo en Tucumán a través del ejército que se había asentado en la provincia con la finalidad de defender la frontera norte del país en la guerra contra los españoles. "San Martín había fundado logias en distintos lugares del país, incluyendo Tucumán. Y aquí fue donde se incorporó Belgrano, que también trabajó guiado por los ideales masónicos", declara.
Con bibliografía más bien escasa, Aráoz no tuvo más remedio que recurrir al testimonio directo de masones activos, que le facilitaron documentación inédita sobre la actividad de la Orden en la Argentina. "Hoy hay una mayor apertura de la masonería. Todo esto permite superar el aparentemente anárquico proceso de la historia argentina y latinoamericana; una historia plagada de antinomias sectoriales redimida mágicamente por el valor de grandes hombres, de próceres inmaculados y de valerosos guerreros", agrega.
La trastienda política
"Según el historiador Pérez Amuchástegui, las logias masónicas fueron la trastienda de la política argentina en ese proceso revolucionario. Tomando esta consigna a mí me interesó rescatar justamente esta faceta de la masonería en nuestro país. No soy una experta en la Orden, simplemente intento dar un poco de luz acerca de algunas cuestiones que aún siguen en las sombras", declara Aráoz. Y agrega: "rescatar a esos hombres desde el compromiso que asumieron en la defensa de los principios revolucionarios, permite mirarlos desde otra perspectiva, para de esa forma señalar con mayor certeza quienes fueron".
En este proyecto revolucionario, que se prolongó hasta el siglo XX, participaron muchos actores vinculados a la masonería. La mayoría de ellos estaban fuera de las logias y ocuparon cargos estratégicos en la política, la justicia, el ejército, el periodismo y la docencia. "El Estado propuesto por los revolucionarios de 1810 se asentaba en los principios liberales de la Revolución Francesa. Estos ideales prosperaron hasta las primeras décadas del siglo XX. "La llamada Generación del Centenario, a la que pertenecen ilustres tucumanos, fue extremadamente progresista. En las primeras décadas del siglo aparecen grandes instituciones en la provincia, entre ellas, la Universidad Nacional de Tucumán. Julio y Ernesto Prebisch y Miguel Lillo, por ejemplo, fueron activos masones. Y, debo decirlo, siento un profundo orgullo por estos hombres que llevaron adelante un proyecto de país con ideal que, lamentablemente, se han perdido", concluyó.
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Fuente: La Gaceta.