Desde la institucionalización formal de la masonería en el siglo XVIII se han hecho muchas afirmaciones acerca del carácter de esta sociedad, se la han imputado acusaciones de todo tipo e incluso ha sido objeto de la promulgación leyes y bulas papales. A lo largo de su historia ha sido objeto de estudio e investigación, tanto por miembros activos como por investigadores profanos, lo que en la mayoría de los casos, como lo menciona Jose Luis Trueba Lara en su libro “Masones en México“; ha dado por resultado la publicación y distribución de investigaciones que “exceden de matices diabólicos o en mejores oportunidades exceden de visión angélica“.
En la Europa antigua, épocas en las que reinaba la superstición y la magia, la masonería represento en muchos episodios un latente peligro para la hegemonía de los estados monárquicos fuertemente ligados al poder eclesiástico. Al existir sociedades de ideas que compartían filosofías nuevas para ese tiempo, se abría todo un catálogo de nuevas maneras de ver el mundo, lo que desencadenaba el cuestionamiento de la eficiencia del estado y de la influencia que tenia en el desarrollo de las sociedades y sus individuos el aletargamiento mental propiciado por la iglesia católica. El maridaje iglesia– – estado al ver amenazado su poder político de control de las conciencias tomó en muchas ocasiones la decisión de promulgar leyes y bulas papales que desencadenaron persecuciones, encarcelamientos, intolerancia, discriminación, linchamientos y muerte a muchos miembros de la masonería. La iglesia especialmente es la principal contribuyente a la falsa idea de la sociedad acerca de las prácticas satánicas y heréticas de los masones, ideas que persisten hasta nuestros días alimentadas por grupos de catolicismo ultramontano con aspiraciones políticas que mantienen una arraigada intolerancia hacia las ideas de progreso y libre pensamiento de la institución masónica.
En contraposición, han existido escritores masónicos que permitiendo que el amor a la institución y su fuerte sentido de pertenencia influencien los matices de sus publicaciones en las que muchos han pretendido atribuir a la masonería y nada mas que a ella los acontecimientos más notables de la historia, como las luchas independentistas y revolucionaria, además de calificar como masones notables, ya sea por falta de pruebas fehacientes o creencias arraigadas mal interpretadas, a notables personajes históricos, afirmaciones tan variadas que algunas pueden ser tan alejadas de la realidad como otras que resultan completamente verosímiles.
Indudablemente durante la revolución francesa, por citar un ejemplo, fue un episodio marcado por la participación de los masones, las sociedades de ideas y logias de aquella época propiciaron los espacios físicos y ambientes intelectuales idóneos para la proliferación de ideas y filosofía que más adelante se convertirían en los gritos de guerra de la revuelta francesa. Sin embargo en la facción revolucionaria había militantes tanto masones como profanos, al igual que en el lado conservador y monarquista participaban destacados masones que defendían los intereses de la corona. Hechos que permiten asumir que la revolución francesa no fue una rebelión exclusivamente masónica. Por otra parte y en un ejemplo más popularizado y mitificado, la independencia de Estados Unidos fue igualmente influenciada por la masonería en sus dos frentes. En las colonias inglesas de entonces ya circulaban y formaban parte del ideario social las ideas y la forma de vida masónica pero también en las tropas y sociedad británicas. En otras palabras había masones tanto entre los colonos rebeldes como entre los miembros de las milicias británicas encargadas de velar por los intereses de la corona. Algo que resulta imprescindible mencionar es que si bien no podemos afirmar que las luchas independentistas de América son estrictamente de carácter masónico, si lo son por otro lado y en gran medida muchas de las ideas aportadas a la modelación que iba dándosele a las naciones recién independizadas. En el caso de los Estados Unidos las constituciones de Anderson sirvieron como modelo para la creación y visión de la nueva nación, incluso la ceremonia en la que George Washington, miembro de la logia de Virginia, colocó la primera piedra del capitolio fue meramente masónica.
México no ha sido la excepción, desde los tiempos de la colonia desembarcaron en toda Latinoamérica miembros de logias europeas que trajeron consigo ideas innovadoras para las colonias españolas en las que comenzaron a proliferar las sociedades de ideas y las tertulias literarias, las cuales muy pronto comenzarían a aportar hombres inquietos, no pasivos y visionarios que tendrían participaciones importantes en política, artes, literatura y sociedad. No por ello se excluye a muchos otros hombres ilustres, que sin embargo no formaban parte de las sociedades de ideas o de alguna logia masónica. La estrecha relación que las colonias novo hispanas mantenían con Europa permitía la llegada también de muchas publicaciones, entre las cuales las bulas papales y las ediciones de ideario antimasónico no fueron la excepción. Al igual que en la Europa medieval la masonería sufriría de importantes persecuciones por parte del estado y la iglesia que en la nueva España en la practica eran uno solo. No obstante durante el siglo XIX la masonería estuvo en la cúspide del poder político de la nación mexicana, permitiendo que gran parte de su ideario influyera de manera notable en la legislación de ese entonces, como lo ha documentado la historia sobre Las Leyes de Reforma y La Constitución de 1857. Posteriormente la masonería fue objeto de excomuniones, persecuciones y desencuentros internos entre las logias y grandes logias existentes en el país, sucesos aprovechados por el entonces presidente y masón Porfirio Díaz, quien sometió a su control tanto a las logias como a las cúpulas eclesiásticas. Hubo masones tanto en el gabinete como en el bando anti porfirista.
La masonería ha sido y será la cuna en donde hombre ávidos de luz y conocimientos y con fuertes deseos de progreso individual y colectivo, fervorosos creyentes de su capacidad de aportar al desarrollo de sus sociedades y naciones, han encontrado cobijo a sus inquietudes y sueños. La masonería ha guiado la formación de hombres que han concretado grandes logros pero también ha enriquecido los conocimientos y fortalecido a muchos hombres ya importantes e ilustres aun antes de ingresar en la orden. Los masones, siempre inquietos y en búsqueda de respuestas, en la búsqueda constante de la perfección han trabajado como las abejas en sus colmenas, exportando a las sociedades civiles las ideas y principios de la masonería y trayendo consigo a las logias importantes conocimientos profanos. Los masones por naturaleza no pasiva han participado siempre en los hechos relevantes de la historia, en los bandos revolucionarios, independentistas, porfiristas, juaristas e incluso en algunos casos dentro del clero, siempre en la búsqueda del progreso de la humanidad desde la muy particular visión de cada mason activo.
Bibliografía:
* Jose Luis Trueba Lara. Masones en México. México: Grijalbo.2007
* Jasper Ridley. Los Masones. Biblos. 2004
* Baigent, Michael y Leigh. Masones y Templarios, sus vínculos ocultos. Barcelona. Editorial Martinez Roca. 2005
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