Por Iván Herrera Michel
Javier Otaola Bajeneta no necesita mayor presentación.
Ex Gran Maestro de la Gran Logia de España y ex Presidente de CLIPSAS, es, hoy por hoy, un referente imprescindible en la literatura Masónica en la península e Hispanoamérica y uno de los líderes intelectuales del renacimiento de la Orden en España.
Javier Otaola, ha escrito varios libros de doctrina Masónica, de novela policíaca y de laicidad, mantiene más de un blog, vive publicando cosas en Facebook, es colaborador de los periódicos EL PAÍS y EL MUNDO, así como de varias revistas, se desempeña como Defensor Vecinal en Vitoria-Gasteiz, participa de la Asociación de Escritores de Euskadi, Gesto Por la Paz, Ayuda en Acción España, la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País, y en otras, es padre de dos hijas adolescente (que implica una dedicación de 24 horas al día y un Part-time adicional) y es esposo.
¿A qué horas escribe tanto? ¿A qué horas duerme? Es un misterio.
En su periplo vital, uno no deja de sorprenderse con las paradojas. En plan de español, es vasco; educado por los jesuitas en época de Franco y del Opus Dei, deviene en anglicano, laicista y Masón!!!; en el Reino de España, se reclama republicano; en rol de Masón, es liberal; en CLIPSAS, el primer presidente no francófono y el único de habla española, sus novelas policiacas tienen como detective a una mujer, que para colmo es lesbiana; en fin… que no negaré que a la distancia y de bulto se le ve divergente por vocación, convicción, decisión, suerte y herencia. Y aquí se presenta otra paradoja más: de todo esto políticamente incorrecto ha hecho una fortaleza intelectual y ciudadana coherente y correcta.
Veamos sus respuestas a mis preguntas:
1) Q.. H:., comencemos por el principio: ¿Quién es Javier Otaola Bajeneta, descrito por Javier Otaola?
Creo que soy una persona que se define por su curiosidad, por el deseo de entenderse y entender la sociedad y el mundo que le rodea, que es a la vez fascinante y terrible.
Mi curiosidad esencial es finalmente onto-teológica: ¿llegaré a entender algún día, en esta vida o en otra, el sentido de todo esto? Comparto el principio heideggeriano: “Existir es comprender”.
Mis horizontes, los que definen mis coordenadas, son el afán de conocer, el deseo de comunicar y compartir con los otros ese conocimiento, la pasión por la lectura y por la escritura, el amor de mi familia y de mis amigos. El deseo de dejar a mis hijas un mundo un poco mejor. Al menos, no peor que el que yo he recibido y vivido.
Espero de la vida el tiempo necesario para ultimar una pequeña obra ensayística y literaria, y los años para ver a los hijos de mis hijas. Me hago el propósito de llegar a la muerte –la última iniciación- sin amargura y con la conciencia de que he hecho mi tarea.
Espero, por la fe, -que es una confianza sin razón aparente, como decía Lutero-, llegar a ver a Dios y a las personas que he amado y que amo, más allá, en otra realidad distinta de esta, y si así no fuera, y la muerte me sepultara en la nada, espero al menos haber vivido una vida buena.
2) Q:. H:. Javier, no voy a resistirme al deseo de hacerte una pregunta que a mí esposa y a mí mismo nos han hecho muchísimas veces: ¿Por qué tu esposa no se ha iniciado en la Masonería? ¿Por qué no ha accedido al método Masónico?
Mi mujer es una persona maravillosa pero práctica, poco amiga de la especulación y por otra parte sociable pero poco asociativa, nunca ha sentido curiosidad por la masonería, a pesar de que indirectamente conoce a muchos masones, ella tiene su propio estilo de búsqueda y tiene sus propias luces. Por mi parte, nunca le he hecho la sugerencia de que se iniciara en masonería, creo que la masonería es una sociabilidad útil para muchos y muchas pero no necesariamente para todos. Hay otros caminos y cada uno debe buscar el suyo.
3) Te confieso que yo suelo tomar mucho impulso para apadrinar a alguien que quiere ingresar a la Masonería, porque siempre me asalta el temor de que no encuentre lo que busca o cause problemas a la Logia. ¿Qué cosas te deciden para apadrinar a un interesado?
La institución del apadrinamiento no se practica realmente en la Gran Logia Simbólica Española, quizá porque nuestra masonería se ha tenido que reconstruir desde la nada, sin apadrinamientos; la Dictadura del General Franco no dejó piedra sobre piedra, los masones con los que yo contacté allá por 1981 no pudieron apadrinarme, tuvieron que conocerme de una manera casual y llegaron a hacerlo a través del procedimiento de aplomación, que tiene una importancia relevante en nuestro estilo de masonería. El apadrinamiento está contemplado ritualmente pero no responde, salvo en raras excepciones, a un aval personal fruto de un conocimiento previo.
Creo que la decisión de entrar en logia es personal y debe hacerse a riesgo y ventura de cada persona. La experiencia masónica es una aventura relacional, y como todas las relaciones humanas está expuesta al riesgo del fracaso, al desencuentro. Es difícil garantizar siempre el éxito. La masonería como el amor y la amistad supone un encuentro con el Otro, que si es exitoso es sumamente gratificante, pero si fracasa conlleva necesariamente amargura y frustración por eso es muy arriesgado apadrinar a alguien.
4) Has sido Venerable Maestro, Gran Maestro, Presidente de CLIPSAS y ostentas el Grado 33 del REAA. ¿Qué viene ahora?
Es un tópico decirlo, pero es una verdad como una catedral, que en masonería los cargos -que son benévolos- suponen básicamente y sobre todo un quehacer y una responsabilidad, dulcificada en parte por la nueva perspectiva que otorga pensar en “Gran Logia”, y por los encuentros con masones y masonas de otros países.
Lo que podríamos llamar el itinerario masónico, es en lo esencial un proceso interior de maduración y autoconstrucción, en el que las funciones y desempeños no son sino oficios en los que se está de paso para servir y para aprender. No me considero un masón profesional y no tengo por lo tanto una visión “carrerista” de los cargos en masonería.
El REAA tiene por otra parte una especial profundidad porque más allá del simbolismo se complementa con los denominados grados filosóficos en los que se puede seguir trabajando y colaborando con otros hermanos y hermanas en un itinerario más largo y complejo que permite mantener siempre un horizonte abierto, nunca concluso.
5) Jugando un poco al Testamento, y abstracción hecha de cargos, dignidades y Grados, ¿Cuál quieres que sea la memoria de tu paso por la Masonería y que deberes crees que tienes contigo mismo y con la humanidad?
Mi paso por la masonería espero que sea juzgado con el tiempo como el de un buen obrero que se esforzó por hacer su trabajo, y que durante el tiempo que le tocó vivir, y tuvo fuerzas, realizó la parte de la tarea que le correspondió. En mi caso esa tarea ha sido y sigue siendo colaborar en la consolidación y expansión de la Gran Logia Simbólica Española y el Supremo Consejo Masónico de España , realizar una reflexión masónica teórica en colaboración con otros hermanos y hermanas -Roger Leveder, Ascensión Tejerina, José Luis Cobos, Joan Francesc Pont, Fernando de Yzaguirre, Valentín Díaz, Santiago Castellà...-, como decía nuestro gran filósofo Ortega y Gasset, “nada hay más práctico, que una buena teoría”; creo que vivimos en España un momento en el que es imprescindible que los masones y masonas veteranos aportemos el fruto reflexivo de nuestra experiencia en logia para así colaborar a la construcción de un discurso colectivo de la Gran Logia Simbólica Española; me agrada saber que he fundado -con otros hermanos y hermanas- la Logia Tolerancia, la Logia Manuel Iradier -de la que han nacido la Logia Altuna, y la Logia Luz del Norte, la Logia Ilargia, la Logia Theorema, y espero que más pronto que tarde sea posible también levantar las columnas del Euskal Ekialdea/Oriente Vasco, es decir el distrito vasco de la Gran Logia Simbólica Española.
Los deberes para conmigo mismo, están relacionados con mi experiencia masónica: llegar a cumplir el propósito de todo masón: descubrir la mejor versión de sí mismo y tener la sabiduría y el coraje necesarios para darle cumplimento.
6) Entiendo que el de la Masonería no ha sido un camino de rosas, y que eso explicaría que algunos Masones todavía juguemos a las escondidas en la sociedad, pero ¿Tú si has notado que alguien realmente nos vigila hoy en día?
La GLSE es respetuosa con la administración de la privacidad de cada hermano y hermana, pero al mismo tiempo anima a los hermanos y hermanas a mostrarse con naturalidad, para ganarnos el derecho a la normalidad; por mi parte no me he sentido especialmente “vigilado” , ni por supuesto perseguido -al contrario- por el hecho de ser un masón público, y eso que en España la masonería no ha contado con una buena imagen social debido a la constante denigración a que fue sometida durante los cuarenta años de la Dictadura; en el País Vasco, se respeta a aquellos que se respetan a sí mismos y son capaces de dar la cara, sin aspavientos ni retóricas, por las cosas en las que creen.
En un sistema democrático y en una sociedad abierta la Masonería no puede desentenderse de su imagen pública y de su reputación, ya que todos vivimos bajo la mirada de los demás.
Es nuestra posibilidad presentarnos, darnos a conocer y aceptar deportivamente las críticas razonadas que puedan llegarnos de la sociedad en la que vivimos. En este sentido hay varias iniciativas interesantes en la blogosfera de informar y dar cuenta de lo que escriben hacen y piensan los masones y masonas hoy en España, por ejemplo:
http://www.masonica.es/
http://masonaprendiz.blogspot.com/
http://deoficiomason.blogspot.com/
http://masoneriahumanista.blogspot.com/
http://colectaneamasonica.blogspot.com/
http://asturmason.blogspot.com/
7) Hace un par de años leí un post en tu blog “Colectanea Masónica”, escrito por Fernando de Yzaguirre bajo el título “Masonería y Secreto: Una Aproximación Sociológica”, que creí entender era su ponencia para el Congreso de CEHME de 2003, en el que al final hacía referencia a Michel Maffesoli y su obra. ¿Qué diferencias y/o similitudes ves entre las tribus urbanas y los Masones?
La logia cumple muchas funciones: orden iniciática, sociedad de pensamiento, círculo de relaciones humanas, grupo de referencia, red de apoyo, club social...la funcionalidad de una tribu urbana es más restringida: Una tribu urbana es un grupo de personas que se comporta de acuerdo a las ideologías de una subcultura, que se origina y se desarrolla en el ambiente de una ciudad. El término subcultura se usa en sociología, antropología y semiótica cultural para definir a un grupo de personas con un conjunto distintivo de comportamientos y creencias que les diferencia de la cultura dominante de la que forman parte.
La masonería no puede encerrarse en una subcultura, su vocación es mantenerse siempre en contacto con la cultura universal, y no encerrarse nunca en una visión sectaria y narcisista. La masonería tampoco tiene unidad ideológica, sino que dentro de un amplio marco de referencia, es necesariamente plural. Sin embargo existen unos usos y costumbres que le son distintivos, en cierta medida y en los aspectos más superficiales de esos usos en los que nos distinguimos de los demás la logia se puede comparar con una tribu urbana.
8) Con base en tu observación, ¿Constituye lo que conocemos como Masonería un universo único en donde diferentes modelos se desplazan internamente a velocidades distintas, o en donde estos modelos se encuentran superpuestos o entrelazados, o por el contrario, como sucede con las galaxias, actualmente esos modelos están en expansión distanciándose cada vez más unos de otros?
Me inclino por la primera posición, las diferentes masonerías comparten elementos comunes fundamentales y a pesar de sus diferencias -conceptuales y prácticas- creo que hay una raíz común aunque las ramas puedan crecer muy separadas.
9) ¿Crees que cada Masón elabora una realidad Masónica dependiente del modelo que percibe? ¿Es eso correcto?
Esto de la masonería se parece al matrimonio: ¿Cada hombre o mujer que se casan elabora una realidad del matrimonio dependiendo de su experiencia?
Claro.
El matrimonio como institución civil y social puede ser una pero la forma en la que cada uno de nosotros y nosotras lo vive será diferente dependiendo de las contingencias de su caso concreto y del momento histórico.
Con la masonería pasa lo mismo, “es una forma de sociabilidad filosófica, organizada de un modo tradicional inspirándose en las hermandades de constructores”, y los tres factores influyen: capacidad filosófica de cada uno, concreta sociabilidad que se viva en cada logia, y la manera en la que la tradición masónica se haya conservado en un momento y en un lugar determinados. No es lo mismo la masonería en España en la época de la II República que en la actualidad... porque la masonería se construye en un medio social determinado, en un momento determinado y el ser humano es un ser histórico que se construye con los materiales que le entrega el Tiempo.
10) Tú has sido uno de los mayores teorizantes del “Método Masónico”. Acláranos un poco ¿En qué consistiría un método que podamos calificar como exclusivamente Masónico?
El concepto de método es esencial en Masonería.
La masonería no es una doctrina, ni una “iglesia secreta”, ni un grupo de presión, ni una ideología política... sino efectivamente un método, un filosofar y un compromiso. Como método tiene algunos presupuestos filosóficos y morales a partir de los cuales pueden darse diferentes y hasta contradictorios desarrollos. Del mismo modo que el método filosófico puede dar lugar a diferentes filosofías, o el método socrático a plurales conclusiones. O del mismo modo que la Arquitectura produce distintos edificios. Arquitectura es la Catedral de Burgos y arquitectura es el museo Guggenheim de Bilbao.
Método deriva de “camino”, y podemos asociar la idea de método también a la de “proceso”, “itinerario”, "viaje”. Método (del griego meta (más allá) y hodos (camino), literalmente camino o vía para llegar más lejos) Esa idea de movimiento está constantemente presente en todo el ritual masónico y viene sugerida de diferentes maneras. La masonería es metódica desde el momento mismo en que nos propone una "inicación"; iniciar significa comenzar un proceso de transformación para llegar más allá de lo dado.
La ceremonia de iniciación, que representa dramáticamente y de manera general el proceso integral de hacerse masón-constructor se escenifica por una serie de viajes y confiere al valor del viaje una importante carga simbólica, el masón es un "viator", un viajero, que no se conforma con lo obvio, lo dado, y pretende ir "más allá".
En cierto modo el método masónico se parece al antiguo juego de la Oca en la que realizamos un camino que nos lleva por diferentes casillas: el puente, el calabozo, el pozo, el laberinto, la muerte... del mismo modo en el seno de la logia participamos en una serie de autorepresentaciones en las que tenemos que asumir unas herramientas, contestar a unas preguntas, interpretar unos simbolos, hacer unos gestos, escenificar unos hechos y participar en un diálogo permanente con otros hermanos y hermanas. Ese proceso nos obliga a ponernos en cuestión, a despojarnos de las máscaras sociales tras las cuales nos ocultamos, a mostrarnos en nuestra pura y desnuda humanidad ante otros seres humanos, buscando encontranos con los Otros más allá de las diferencias aparentes que nos separan en el mundo profano. Todo eso, si somos sinceros y aceptamos el reto de la iniciación masónica actúa en nosotros de una manera paulatina y reglada y nos va acercando a nuestra respuesta a las preguntas radicales:¿Quién soy soy? ¿Cual de las posibilidades que se me abren es la que mejor se corresponde con mi ser?
En el método masónico somos iniciados en un nuevo lenguaje: el lenguaje del simbolismo y vamos poco a poco, en el transcurso de nuestro trabajo en logia desarrollando una habilidad hermenéutica.
El Método masónico no sería tal sin la hermenéutica del rito y del símbolo. Hermenéutica viene del verbo griego hermeneutikos que significa interpretar, declarar, anunciar, esclarecer y, por último, traducir.
Se considera que el término deriva del nombre del dios griego Hermes, el mensajero, al que los griegos atribuían el origen del lenguaje y la escritura y al que consideraban patrono de la comunicación y el entendimiento humano; no es casualidad que Hermes sea una referencia simbólica recurrente en la nomenclatura de muchas logias. Toda logia es en realidad una comunidad dedicada “poéticamente” a Hermes.
El método masónico nos obliga a enfrentarnos a la polisemia de los símbolos y a descubrir su sentido literal, pero a buscar también, más allá su sentido alegórico, su sentido ético y moral, incluso su sentido anagógico o espiritual.
En Europa hay una interesante escuela de filosofía hermenéutica que puede iluminar las posibilidades del método masónico y que tiene nombres de referencia como Gadamer, Ricoeur, Durand...o los precedentes de Husserl y Heidegger.
En España, tenemos a autores como Andrés Ortiz- Osés que ha creado escuela desde la Universidad de Deusto (Patxi Lanceros, Luis Garagalza, Josetxu Beriain...) y que ha dirigido el magnífico Diccionario de Hermenéutica . Salvador Pániker y Fernando Savater , desde otras posiciones aportan también interesantes reflexiones éticas congruentes con el método masónico.
En el ámbito estrictamente masónico recomendaría autores como Daniel Beresniak o Jean Mourgues.
En Méjico hay una interesante escuela de pensamiento hermenéutico -Hermenéutica Analógica- en torno al profesor Mauricio Beuchot que fue presentada en el Congreso Nacional de Filosofía, llevado a cabo en la ciudad de Cuernavaca, en Morelos, México, en 1993, con una influencia directa y reconocida del filósofo argentino, Enrique Dussel. Creo que son dos autores que merece la pena estudiar y en los que he encontrado analogías con el método masónico.
De todas formas todos los seres humanos, en un momento o en otro de nuestra vida, con mayor o menor autoconciencia, nos hacemos preguntas radicales sobre nuestro ser y nuestro destino, lo que tiene de particular la masonería es que se trata de una experiencia compartida con otros, en el seno de una logia, en un diálogo permanente con nosotros mismos y con los demás, un diálogo en el que se utilizan no sólo las palabras sino también los símbolos.
La masonería es filosofía + liturgia o mejor aún liturgia ↔ filosofía.
11) ¿Puede la Masonería, construida en un marco tan ajeno como el del siglo XVIII, contar con un método eficiente para el siglo XXI?
La masonería, tal y como yo la entiendo, no está encerrada en los supuestos filosóficos e ideológicos del siglo XVIII, que por otra parte no nos es tan ajeno, ya que la modernidad se funda en ese período. La masonería como metáfora constructiva del ser humano es anterior al XVIII, se remonta por lo menos a la Edad Media, y su vigencia trasciende ese origen histórico.
Es verdad que la masonería moderna surge en el siglo XVIII, que Ortega llamaba el siglo educador; las Constituciones de Anderson son fruto de la matriz ilustrada y del Sapere Aude kantiano, pero la masonería no es simplemente un fenómeno de época; hoy no podemos ser ilustrados de peluca y paletó como lo fueron nuestros antepasados. Han pasado muchas cosas desde entonces, hemos aprendido de Darwin, de Marx, de Freud, de Einstein, de Hanna Arendt, de Nietzsche, de Heidegger..., hemos vivido la colonización y la descolonización, las grandes guerras mundiales, Auschwitz, el GULAG, Hiroshima, el 11-S..., la Declaración de los derechos humanos de 1948, hemos llegado a la luna, tenemos INTERNET..., hoy somos ilustrados, de otra manera, el terrible siglo XX nos ha enseñado que el hombre no es sólo Razón sino también Pasión, que la humanidad es una condición ambigua, hecha de luz y de sombra, y que el corazón del ser humano está lleno de fuerzas y pulsiones contradictorias.
La masonería, en la medida que es un método de reflexión sobre el ser del ser-humano, es algo permanente y se adapta al lenguaje de cada momento, pero el mandato de Delfos -conócete a ti mismo- sigue hoy tan vigente como en el siglo V antes de Cristo. Y la masonería también, por eso podemos referenciar en España nuevos autores que actualizan la experiencia masónica al horizonte intelectual y moral de hoy.
12) ¿Crees que exista un método Masónico único que goce de transversalidad en todos los modelos actuales?
Se podría deducir unos pocos principios metódicos transversales en los diferentes estilos de masonería actual, pero también tenemos que reconocer que en muchos casos ese método ha sido falsificado o desvirtuado por otros intereses más concretos y fáciles, de modo que la logia se ha puesto al servicio de la mera convivialidad, el lobby, el club social, el esoterismo mágico, el fundamentalismo laicista o nacionalista, la repetición inerte y acrítica, o, peor aún, el simple juego de vanidades.
La logia masónica es una experiencia humana y como todo lo humano está también expuesta a la falsificación y al fracaso pero eso no debe desanimarnos, sino al contrario excitar nuestro celo y no dejarnos desanimar por problemas coyunturales, que nunca faltarán.
13) Metámonos un poco en problemas: ¿Por qué crees que existe la Masonería en lugar de no existir?
La Masonería podría no haber existido, pero el caso es que existe y su realidad histórica, intelectual y moral pronto cumplirá 300 años (1717-2017) tenía buenas razones para ver la luz ya que está asociada a una actividad productiva -la construcción- que tiene muchas analogías y semejanzas con la condición existencial del ser humano, que es en última instancia un constructor de sí mismo y de su mundo. No es casualidad que la metáfora de la construcción fuera utilizada en la Biblia (Libro de los Reyes) o por el propio Cristo en el Evangelio en muchas ocasiones, o que todas las culturas hayan reconocido un valor emblemático y simbólico a lo construido: las crómlech megalíticos, las pirámides de Egipto, los Templos griegos y romanos, las catedrales... El ser humano, consciente o inconscientemente encuentra en la arquitectura una imagen de sí mismo.
La Masonería -tal y como yo la entiendo, al menos- es el resultado de una experiencia vital que iluminó a nuestros hermanos fundadores: la experiencia que descubre el SER en la ACCION. Los masones operativos descubrieron de una manera empírica que en la voluntad organizada e inteligente de modelación de la piedra para construir, según un canon de Sabiduría, Fuerza y Belleza había una clave que desvelaba un existenciario básico del ser humano: Lo que tú haces, te hace.
A partir de ahí, lo demás era fácil de deducir y vino por añadidura.
Esa experiencia vital se produjo en el caso de la masonería en el seno de las Hermandades de canteros, pero hubo también otras tradiciones profesionales que desarrollaron un “know how” iniciático como por ejemplo Los Carbonarios, que tenían un simbolismo iniciático, no en torno al “pulimiento de la piedra” como los masones sino sobre “el mantenimiento del fuego interior”. Sufrieron una politización completa durante el Rissorgimento italiano, sus adeptos llamados inicialmente: "novatos" y sólo hasta después se convertían en "maestros" y debían esforzarse en mantener el grado más alto, el de "jefe". La organización, de tipo jerárquico, era muy estricta: los núcleos locales, llamados "barracones", se reunían en aglomeraciones más grandes, llamadas "venditerias", que a su vez dependían de las "venditerias padre" y de las "otras venditerias".
14) Es innegable que los latinoamericanos tenemos cosas en común con España. Por lo menos más que con cualquier otro país de Europa, y más allá de los Tratados diplomáticos, las fotos y los abrazos entre los Grandes Maestros cuando se encuentran, uno se pregunta al ver la lejanía real que se presenta, si no hay en medio de la diversidad que caracteriza a la Masonería de España y Latinoamérica algo funcional que acerque modelos Masónicos afines. En tu opinión ¿Qué ha pasado?
Tenemos muchas cosas en común, empezado por la lengua que como decía Unamuno es la sangre del espíritu, pero somos sociedades diferentes. Europa se compone de Estados y sociedades con mucha historia a sus espaldas, con una Edad Media que está presente en todas nuestras ciudades, iglesias, castillos, con antiguas instituciones que se remontan muchos siglos atrás en el tiempo, construidas sobre las ruinas romanas y griegas, paganas y cristianas... con países diferenciados y arraigados a diferentes lenguas y culturas, apegados al terreno que ocupan desde hace siglos, que se han combatido entre sí durante generaciones, con un pasado imperial y colonizador, que solo ahora han comenzado a construir juntos un proyecto común como la Unión Europea.
Las masonería latinoamericana tiene todos los rasgos y problemas que tiene el espacio geográfico, cultural y político que podemos llamar Latinoamérica: división regional, potencia demográfica, riqueza cultural y natural, verbo fácil y sociabilidad cálida, geografía dificultosa, debilidad de sus estructuras económicas, corrupción de sus élites y tentaciones populistas, conflicto entre indigenismo y modernidad, inestabilidad política, desarrollo económico desigual, grandes injusticias sociales, extremismos ideológicos enfrentados, violencia social y política... todas esas circunstancias, condicionan, lastran, y dividen a la masonería.
En realidad no existe UNA Latinoamérica, existen varias y los mecanismos de relación y coordinación entre ellas son aún muy débiles: no es lo mismo Méjico, que Honduras o Panamá, no es lo mismo Brasil que Bolivia, no es lo mismo Chile que Perú o Costa Rica, no es lo mismo Cuba que Argentina... A mi juicio es completamente imposible dar una idea unitaria de Latinoamérica y menos aún de la masonería latinoamericana.
La realidad social y política de España, siendo compleja y problemática con un pasado terrible -Guerra Civil, Dictadura franquista-, es hoy una sociedad muy desarrollada, cohesionada socialmente que mira más hacia Europa que hacia cualquier otra parte del mundo.
Por otro lado, me da la impresión de que la masonería como fenómeno social en América se ha visto afectada, alterada y desvirtuada por su propio éxito. En España lo ha tenido mucho más difícil y la dificultad, la persecución, ha depurado la tradición masónica española.
Las Grandes Logias y Grandes Orientes en Latinoamérica -condicionadas por el imaginario de la Emancipación- se entienden más bien como Sociedades patrióticas, o como Ligas políticas -es paradigmático el caso de Méjico y la confusión entre Masonería y Priismo-; por otro lado, el riesgo contrario es el de la deriva esoterista, mágica e irracionalista, que también es frecuente por ejemplo en Brasil. Esos dos estilos de masonería -politizada por un lado y new age por otro- son muy antitéticos del estilo filosófico, racionalista, existencialista, hermenéutico y social más propio de la masonería liberal europea continental, y especialmente de la Gran Logia Simbólica Española.
15) Perdona la pregunta, pero en Montreal, hace más de una década, siendo tú Presidente de CLIPSAS, y yo un Gran Maestro colombiano recién llegado, te solté en una mesa de trabajo que “no se puede hacer integrismo con la laicidad”. No se me olvida el silencio que se hizo, todos voltearon a mirarte, saltaste en la silla y… me explicaste muchas cosas. Dime la verdad, ¿Todavía saltarías en la silla si yo vuelvo a decirte lo mismo?
Si salté en la silla fue por la pasión que me suscita el tema de la laicidad, no porque no estuviera de acuerdo con tu apreciación -¡naturalmente que se corre el riesgo de hacer integrismo con la idea de la laicidad¡ y que ese integrismo traiciona la verdad de esa idea- la idea de laicidad forma parte del argumentario de la masonería liberal en España, y debemos hacer una puesta al día de ese principio, sobre el que por cierto he escrito un libro.
El valor de la laicidad como estrategia de la libertad tiene por un lado como adversarios a los integrismos de todo tipo pero por otro lado se puede fácilmente confundir y convertirse él mismo en un integrismo alternativo, por eso es preciso mantener una reflexión crítica permanente. Lo que no se somete a evaluación y crítica no se depura, no evoluciona y termina momificándose.
Los partidarios de la laicidad o aconfesionalidad, o sea los partidarios de la separación de los asuntos religiosos y políticos, se reparten históricamente en dos campos:
- los primeros, herederos de la tradición jacobina y del positivismo decimonónico de Auguste Comte no ocultan su ambición de oposición ideológica de fondo, su identificación de toda religión con superstición, y su deseo de reducir a la mínima expresión la relevancia de la religión, especialmente la cristiana o al menos, como mal menor su propósito de confinarla al espacio estrictamente privado. Dentro de este grupo la laicidad/aconfesionalidad se define en realidad como una especie de confesión subyacente y alternativa, una especie de agnosticismo de Estado, tolerante con las religiones positivas pero celosas de su monopolio confesional en el ámbito estatal.
- los segundos (Jean Jaurés, Aristide Brian.,...) asumían y asumen la laicidad/aconfesionalidad, no como una opción antirreligiosa sino como una REGLA de convivencia, como una estrategia de relación entre el discurso político y los discursos religiosos, tratan por una parte de afirmar la neutralidad del Estado frente a todas las creencias y por otro lado pretenden garantizar la libertad de conciencia, para creer y no creer y para el ejercicio de la libertad de crítica entre todas las ideas, religiosas o irreligiosas, de conformidad con la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, planteando que en el ámbito de la Ley civil no puede apelarse a otras razones que las que admitan el diálogo entre todos, fieles e infieles, creyentes e increyentes sin que se pueda apelar a ningún suplemento de verdad más allá de la razón práctica abierta a todos. Reconocen un espacio social a las religiones pero le niegan plausibilidad al discurso religioso para condicionar la acción legislativa.
Yo pretendo posicionarme con este segundo grupo.
16) Tú que vives y sueñas en España y conoces bien de Masonería ¿Crees que la política de Zapatero parece Masónica?
No creo que exista una política masónica. Ni de Zapatero ni de nadie. La política de Zapatero tiene su propia fuente de inspiración en la tradición socialdemocrática española y europea.
Existen algunos principios constitucionales -metapolíticos- que sí son masónicos, ya que la masonería está juramentada a favor de la Democracia, -parlamentarismo, pluralismo, libertad, igualdad, solidaridad, mediación...- pero a partir de esos principios generales caben diferentes desarrollos políticos según las coyunturas.
Ha habido políticos masones en Europa -Churchill, Mendes France, Léon Bloom, Fernado de los Ríos, Augusto Barcia- con posiciones políticas diversas y contradictorias pero todos ellos apegados a los valores de la democracia y la libertad. Y ha habido también políticos antimasones: Hitler, Mussolini, Stalin, Franco, Salazar, Petain... todos ellos enemigos de la libertad política.
17) Por último, Q:. H:. Javier, dame una primicia: ¿Qué estás escribiendo? ¿En qué proyecto andas?
Estoy escribiendo la tercera novela de la serie Felicidad Olaizola , que tiene como título provisional Un asunto delicado, y tengo pendientes de editar dos libros sobre masonería, uno con el título de La logia y la ley del deseo, y otro en colaboración con el profesor Andrés Ortiz-Osés Hermenéutica y Masonería.
Sigo desempeñando las funciones de Ombudsman, defensor del ciudadano de Vitoria-Gasteiz, mediando entre los vecinos y vecinas de la ciudad y su Administración Municipal .
Por lo demás participo en las actividades de la Asociación de Escritores de Euskadi/Euskadiko Idazleen Elkartea , y de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País .
Muchas gracias, Q:. H:. Estaré pendiente de la publicación de los libros que anuncias.
Gracias a ti por tu amable invitación.
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Fuente:
Pido La Palabra.