"La Francmasonería tiene por misión combatir la ignorancia bajo todas sus formas y constituye una escuela de enseñanza mutua..."
(Art.5º de las Institutas de la Confederación Masónica del Rito Escocés Antigüo y Aceptado)
Considero que el abordar temas, Masónicos o no, con espíritu científico, rigor epistemológico y filosófico es la única forma de hacerlo entre personas que se respeten entre sí.
Desde los principios del conocimiento racional, los griegos han discriminado entre "doxa" y "episteme", entre las habladurías, supersticiones, creencias irracionales y el conocimiento fundamentado racionalmente, o lo que hoy convenimos en llamar "ciencia", ya sean formales o de contenido.
No veo por qué debemos rasgarnos las vestiduras y darnos por ofendidos cuando se busca la cualidad de un conocimiento. Los conocimientos esotéricos también deben tener algún fundamento racional, de la misma forma que las creencias. Tesis, hipótesis y verificabilidad, rigor formal, lógico o matemático son herramientas que ha construido el hombre a través de dos mil quinientos años y que, quiérase o no, han contribuido a dar a la humanidad una mejor vida, a derrocar el despotismo (aunque sea solo intelectualmente,) y a llegar al concepto de "dignidad del hombre", tan caro a la Masonería que, en realidad, es uno de sus fundamentos.
Cuando el "esoterismo" o las "creencias" carecen de toda racionalidad, entramos en el mundo de las supersticiones, fábulas, cuentos chinos y sobre todo de "dogmas", instrumentos de los que se han servido los "sabios" --- y aún hoy lo hacen --- para someter al hombre. El sometimiento del hombre tiene que ver, fundamentalmente, con la dignidad de éste. La fe ciega es, sin duda, una forma de sometimiento, una forma de indignidad. Significa que, aún cuando se demuestre lo contrario, el fanático, que es también intolerante, seguirá aferrado a su no verdad (puesto que ya ha quedado demostrado que su creencia "ciega" es errada), como quien se niega a ver la luz, a quitarse la venda. Sin embargo defenderá a muerte su derecho a hacerlo.
Creo que debemos ser tolerantes con el hombre, ya que, al fin y al cabo, es incapaz de sacarse la venda. Lo que no creo, o mejor, de lo que tengo plena convicción, es que no debemos ser tolerantes con la ignorancia, con la mentira y el fanatismo, lo tres enemigos de la Masonería y sobre todo, de todos y cada uno de los seres humanos.
A través de los siglos, el conocimiento humano ha pasado por diversas etapas. Tengo la convicción de que hemos adelantado muchísimo, sin embargo la labor no está terminada. Si bien los griegos sembraron las semillas de la racionalidad, la filosofía ha sufrido sus altibajos. En Occidente, por ejemplo, desde el siglo IV o V hasta el siglo XIII, el hombre se sumergió en las tinieblas, debido al poder supremo de un grupo religioso que, en posesión del poder económico, militar, político y en nombre de Dios sometieron al hombre, prohibiéndole pensar, porque el pensamiento es cuestionamiento, duda metódica, búsqueda de la verdad, y eso no le convenía al grupo. Para defender sus intereses han quemado libros, brujas, herejes ....
Los fundamentos teóricos de esos desmanes fueron desarrollados por San Agustín durante la época de la era patrística y luego, en la era de la escolástica, por San Anselmo, San Alberto y Santo Tomás.
Tuvieron que aparecer hombres como Hobbes, Giordano Bruno, Descartes, Spinoza y Leibniz para romper las cadenas que se habían puesto, bajo amenaza, al hombre, o como gráficamente dice José Saramago, una corona de espinas -- impuesta al hombre -- para que no piense por sí mismo.
La modernidad sobrevino con Locke, Berkeley, Hume, Montesquieu, Voltaire y Rousseau, quienes prepararon el camino de un genio como lo fue Kant, cuya filosofía sigue siendo hoy sustento de otras pertenecientes a la modernidad y a la posmodernidad, y sobre todo, sustento de las ciencias.
Podría seguir citando a hombres como Fichte, Schelling, Hegel, Comte, Bentham, Mill, Spencer, Darwin, Strauss y Feuerbach, Marx, Schopenauer, Kierkegaard y Nietzsche, cuyos pensamientos fundaron las bases de la actualidad. Y tener presente a Husserl, Scheker, Jasper, Wittgenstein, Einstein, Russel, More, Popper, Kuhn, Habermas y Feyerabend, que constituyen los prohombres del pensamiento actual.
Viene al cuento todo lo dicho, puesto que cuando "paradigmatizamos" a un señor como René Guenón, como enemigo de la modernidad, debemos saber que con ello estamos desacreditando, dejando de lado o cuando menos desvalorizando a gran parte del pensamiento humano, pensamiento que ha logrado llegar a la idea de dignidad, libertad, igualdad, derecho a buscar la propia felicidad y a los derechos humanos de segunda y tercera generación, hoy reconocidos y protegidos por las leyes.
Si adherimos a una idea, no solo nos adherimos a ella, también nos adherimos a sus consecuencias lógicas. Por ello, debemos ser cuidadosos y no deslumbrarnos por falsos "esoteristas" delirantes que tiran ideas que, finalmente, se vuelven contra el hombre y contra los ideales que propugna y defiende la Masonería.
No niego que el esoterismo sea una forma de conocimiento válido. Muy por el contrario, considero que el esoterismo es una forma de conocimiento de profundos cimientos racionalistas, conocimientos que han dado lugar otros verdaderamente científicos y que, al hacerse evidentes, se han constituido en verdaderos descubrimientos. En realidad, eso fue enunciado por Kant en el siglo XVIII y aún hoy se mantiene, puesto que es una hipótesis hasta ahora no refutada. Es así que Popper ha hecho tesis refutando al inductivismo y al historicismo y, fundamentado el conocimiento, en el sistema deductivo, a priori, como diría Kant de las verdades de la naturaleza.
Lo que no veo bien es que, livianamente, se hable y se trate de hacer respetar conceptos y creencias irracionales, rotulándolos de "esoteristas", convirtiendo supersticiones en "verdades esotéricas" o "verdades reveladas" en ejes del cerebro humano. Eso es como coronar de espinas al hombre. Ello también implica desdeñar toda la historia del pensamiento humano, que con tanto esfuerzo, trabajo intenso, persecuciones, holocaustos, y asesinatos, ha llegado, a través de conjeturas y refutaciones, al pensamiento actual.
La Masonería es sobre todo humana y racional, lo que es muy diferente de racionalismo, y su misión tiene un compromiso inescindible con la verdad, con la "luz". Ello implica un compromiso con la revelación de los misterios de micro y del macrocosmos. De la forma y método para develar esos misterios, interiores y exteriores, han hablado los filósofos y hombres de ciencia y, no es el caso que, hablemos "doxamente" y despreciemos la "episteme", por capricho, fanatismo o mera ignorancia.
Disculpadme, QQ.: HH.: si os he cansado. No fue mi intención. Solo pretendo que pensemos, en conjunto, con humildad y rigor, sobre lo que decimos, sustentamos y defendemos, sin miedo a contrastar la ideas. Sin posturas intransigentes, intolerantes. Dialogar, confrontar ideas, verificar conocimientos, solo puede hacernos bien. ¿No les parece?
Q:.H:.Alejandro B. Dedoff
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Fuente: Nigawa.
(Art.5º de las Institutas de la Confederación Masónica del Rito Escocés Antigüo y Aceptado)
Considero que el abordar temas, Masónicos o no, con espíritu científico, rigor epistemológico y filosófico es la única forma de hacerlo entre personas que se respeten entre sí.
Desde los principios del conocimiento racional, los griegos han discriminado entre "doxa" y "episteme", entre las habladurías, supersticiones, creencias irracionales y el conocimiento fundamentado racionalmente, o lo que hoy convenimos en llamar "ciencia", ya sean formales o de contenido.
No veo por qué debemos rasgarnos las vestiduras y darnos por ofendidos cuando se busca la cualidad de un conocimiento. Los conocimientos esotéricos también deben tener algún fundamento racional, de la misma forma que las creencias. Tesis, hipótesis y verificabilidad, rigor formal, lógico o matemático son herramientas que ha construido el hombre a través de dos mil quinientos años y que, quiérase o no, han contribuido a dar a la humanidad una mejor vida, a derrocar el despotismo (aunque sea solo intelectualmente,) y a llegar al concepto de "dignidad del hombre", tan caro a la Masonería que, en realidad, es uno de sus fundamentos.
Cuando el "esoterismo" o las "creencias" carecen de toda racionalidad, entramos en el mundo de las supersticiones, fábulas, cuentos chinos y sobre todo de "dogmas", instrumentos de los que se han servido los "sabios" --- y aún hoy lo hacen --- para someter al hombre. El sometimiento del hombre tiene que ver, fundamentalmente, con la dignidad de éste. La fe ciega es, sin duda, una forma de sometimiento, una forma de indignidad. Significa que, aún cuando se demuestre lo contrario, el fanático, que es también intolerante, seguirá aferrado a su no verdad (puesto que ya ha quedado demostrado que su creencia "ciega" es errada), como quien se niega a ver la luz, a quitarse la venda. Sin embargo defenderá a muerte su derecho a hacerlo.
Creo que debemos ser tolerantes con el hombre, ya que, al fin y al cabo, es incapaz de sacarse la venda. Lo que no creo, o mejor, de lo que tengo plena convicción, es que no debemos ser tolerantes con la ignorancia, con la mentira y el fanatismo, lo tres enemigos de la Masonería y sobre todo, de todos y cada uno de los seres humanos.
A través de los siglos, el conocimiento humano ha pasado por diversas etapas. Tengo la convicción de que hemos adelantado muchísimo, sin embargo la labor no está terminada. Si bien los griegos sembraron las semillas de la racionalidad, la filosofía ha sufrido sus altibajos. En Occidente, por ejemplo, desde el siglo IV o V hasta el siglo XIII, el hombre se sumergió en las tinieblas, debido al poder supremo de un grupo religioso que, en posesión del poder económico, militar, político y en nombre de Dios sometieron al hombre, prohibiéndole pensar, porque el pensamiento es cuestionamiento, duda metódica, búsqueda de la verdad, y eso no le convenía al grupo. Para defender sus intereses han quemado libros, brujas, herejes ....
Los fundamentos teóricos de esos desmanes fueron desarrollados por San Agustín durante la época de la era patrística y luego, en la era de la escolástica, por San Anselmo, San Alberto y Santo Tomás.
Tuvieron que aparecer hombres como Hobbes, Giordano Bruno, Descartes, Spinoza y Leibniz para romper las cadenas que se habían puesto, bajo amenaza, al hombre, o como gráficamente dice José Saramago, una corona de espinas -- impuesta al hombre -- para que no piense por sí mismo.
La modernidad sobrevino con Locke, Berkeley, Hume, Montesquieu, Voltaire y Rousseau, quienes prepararon el camino de un genio como lo fue Kant, cuya filosofía sigue siendo hoy sustento de otras pertenecientes a la modernidad y a la posmodernidad, y sobre todo, sustento de las ciencias.
Podría seguir citando a hombres como Fichte, Schelling, Hegel, Comte, Bentham, Mill, Spencer, Darwin, Strauss y Feuerbach, Marx, Schopenauer, Kierkegaard y Nietzsche, cuyos pensamientos fundaron las bases de la actualidad. Y tener presente a Husserl, Scheker, Jasper, Wittgenstein, Einstein, Russel, More, Popper, Kuhn, Habermas y Feyerabend, que constituyen los prohombres del pensamiento actual.
Viene al cuento todo lo dicho, puesto que cuando "paradigmatizamos" a un señor como René Guenón, como enemigo de la modernidad, debemos saber que con ello estamos desacreditando, dejando de lado o cuando menos desvalorizando a gran parte del pensamiento humano, pensamiento que ha logrado llegar a la idea de dignidad, libertad, igualdad, derecho a buscar la propia felicidad y a los derechos humanos de segunda y tercera generación, hoy reconocidos y protegidos por las leyes.
Si adherimos a una idea, no solo nos adherimos a ella, también nos adherimos a sus consecuencias lógicas. Por ello, debemos ser cuidadosos y no deslumbrarnos por falsos "esoteristas" delirantes que tiran ideas que, finalmente, se vuelven contra el hombre y contra los ideales que propugna y defiende la Masonería.
No niego que el esoterismo sea una forma de conocimiento válido. Muy por el contrario, considero que el esoterismo es una forma de conocimiento de profundos cimientos racionalistas, conocimientos que han dado lugar otros verdaderamente científicos y que, al hacerse evidentes, se han constituido en verdaderos descubrimientos. En realidad, eso fue enunciado por Kant en el siglo XVIII y aún hoy se mantiene, puesto que es una hipótesis hasta ahora no refutada. Es así que Popper ha hecho tesis refutando al inductivismo y al historicismo y, fundamentado el conocimiento, en el sistema deductivo, a priori, como diría Kant de las verdades de la naturaleza.
Lo que no veo bien es que, livianamente, se hable y se trate de hacer respetar conceptos y creencias irracionales, rotulándolos de "esoteristas", convirtiendo supersticiones en "verdades esotéricas" o "verdades reveladas" en ejes del cerebro humano. Eso es como coronar de espinas al hombre. Ello también implica desdeñar toda la historia del pensamiento humano, que con tanto esfuerzo, trabajo intenso, persecuciones, holocaustos, y asesinatos, ha llegado, a través de conjeturas y refutaciones, al pensamiento actual.
La Masonería es sobre todo humana y racional, lo que es muy diferente de racionalismo, y su misión tiene un compromiso inescindible con la verdad, con la "luz". Ello implica un compromiso con la revelación de los misterios de micro y del macrocosmos. De la forma y método para develar esos misterios, interiores y exteriores, han hablado los filósofos y hombres de ciencia y, no es el caso que, hablemos "doxamente" y despreciemos la "episteme", por capricho, fanatismo o mera ignorancia.
Disculpadme, QQ.: HH.: si os he cansado. No fue mi intención. Solo pretendo que pensemos, en conjunto, con humildad y rigor, sobre lo que decimos, sustentamos y defendemos, sin miedo a contrastar la ideas. Sin posturas intransigentes, intolerantes. Dialogar, confrontar ideas, verificar conocimientos, solo puede hacernos bien. ¿No les parece?
Q:.H:.Alejandro B. Dedoff
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Fuente: Nigawa.