miércoles, 23 de septiembre de 2009

Masonería en México - ayer, hoy y mañana

La masonería llega al México colonial en la segunda mitad del siglo XVIII de la mano de emigrantes franceses asentados en la capital, quienes serán acusados y condenados por la Inquisición local. De igual modo, aún sin sustento documental, es muy probable que existiesen logias itinerantes en el seno del ejército realista español destacado en la Nueva España. A su vez, es muy posible que en el movimiento criollo primero autonomista y posteriormente independentista, existieran masones, vinculados a la Orden a través de las ideas ilustradas de finales del siglo XVIII. Sin embargo, historiadores masones y no masones de la talla de León Zeldis Mendel y José Antonio Ferrer Benimeli, han apuntado reiteradamente que la masonería latinoamericana ha construido su propia mitología, alejándose de la cientificidad que tal empresa requiere. La confusión entre Sociedades patrióticas latinoamericanas y logias masónicas es tentadora, ya que a finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX, la estructura operativa de ambas es muy parecida, tal como lo apunta la historiadora Virginia Guedea.

José María Mateos, prominente político liberal, es quien afirma en el año de 1884, la pertenencia a la masonería de ilustres autonomistas e independentistas como Miguel Hidalgo, José María Morelos y Pavón e Ignacio Allende. Según Mateos, quienes pronto echarían a andar el movimiento que desembocaría en la independencia de México, fueron iniciados en la calle de Las Ratas Nº4 (hoy Bolívar Nº73), en la logia que allí funcionaba, "Arquitectura moral". Lo cierto es que nunca se ha podido probar documentalmente siquiera la existencia de dicha logia. De igual modo, no está probado que importantes líderes independentistas como el mencionado Miguel Hidalgo y José María Morelos fuesen masones. Por el contrario, sin ser definitivas, las débiles pruebas documentales existentes apuntan a que posiblemente el primer gobernante del México independiente, el emperador Agustín de Iturbide, así como el fraile dominico fray Servando Teresa de Mier sí fuesen masones. En los juicios que la Inquisición emprendió contra los autonomistas e independentistas, el cargo de pertenencia a la masonería era común, ya que garantizaba la imposibilidad de probar la inocencia del acusado, dado el carácter clandestino de la Orden. Así, los archivos de la Inquisición no hacen si no aumentar la incertidumbre sobre el tema.

A partir de la independencia en el año de 1821, buena parte de los gobernantes de México, hasta 1982, presumiblemente pertenecieron a la masonería. Apenas se produjo la independencia política, las pocas logias existentes salieron a la luz, multiplicándose rápidamente. Con la llegada oficial del agente y ministro plenipotenciario estadounidense Joel R. Poinsett, la naciente masonería mexicana se divide en dos corrientes políticas nunca definidas del todo. Poinsett promueve la creación de logias del Rito York, proclives a los intereses estadounidenses. Frente a la materialización de la doctrina intervencionista del Destino manifiesto estadounidense, se oponen los masones más conservadores, reunidos en la incipiente Logia Escocesa del entonces joven Rito Escocés Antiguo y Aceptado, encabezada por el médico barcelonés del último virrey, Manuel Codorniu Ferreras, a través de su periódico "El Sol". Así, alrededor de las logias yorkinas se reunirán los masones cercanos al liberalismo estadounidense, al tiempo que quienes posteriormente serán nombrados "conservadores", permanecerán cercanos a las logias escocesas herederas del liberalismo español. Al poco tiempo, los masones que no veían con total simpatía ninguna de las alternativas existentes, optaron por una tercera vía consistente en la fundación, en el año de 1825, de un rito de corte nacionalista que fue el Rito Nacional Mexicano, cuyos integrantes pretendían la creación de un modelo político y de gobierno propio de México.

Cabe advertir que esta definición político-ritualística ha sido muy poco estudiada. Las últimas investigaciones apuntan a una etiqueta político masónica ambigua, dado que la existencia formal de partidos políticos, así como la propia consolidación de las instituciones masónicas, no se materializarían en México si no hasta avanzado el siglo XIX.

Al llegar al país el emperador Maximiliano I de México en 1864, una comisión del Grado 33°, y miembros del Supremo Consejo del Rito Escocés Antiguo y Aceptado se entrevistaron con él, a fin de ofrecerle el título de Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo y Gran Maestro de la Orden. El monarca acogió benévolamente la comisión pero declinó los cargos, no obstante consintió en que se le proclamara Gran Patrono o Protector de la Orden, títulos que de ninguna manera implicaban pertenencia a la masonería. En cambio, nombró a dos caballeros de su corte, poseedores de toda su confianza, para que le representaran en los Altos Cuerpos. Estos caballeros fueron iniciados y elevados al Grado 33° con extrema rapidez por el Supremo Consejo.
Durante la ocupación militar francesa que sostuvo a Maximiliano I en el trono, arribaron a México diversas logias militares francesas dependientes del Gran Oriente de Francia, mismas que se disolvieron al tornar las tropas a su patria. Es muy probable que estas logias itinerantes trabajasen en el Rito Francés, pero dada su condición de tropas invasoras finalmente derrotadas, no dejaron huella ritualística alguna. En el museo masónico del Gran Oriente de Francia se conserva el estandarte de una de estas logias. El Emperador Maximiliano, junto con los generales Miguel Miramón y Tomás Mejía fueron juzgados por el delito de Traición a la Patria y condenados a morir fusilados, sentencia que se cumplió el 19 de junio de 1867 sin que mediara orden en contra del presidente Benito Juárez, a pesar de las múltiples peticiones de clemencia emitidas por diversas personalidades políticas, intelectuales y artísticas, tanto de Europa como de América.

La pertenencia a la masonería de Maximiliano I nunca ha sido probada, aunque a partir de la hipótesis de su pertenencia a la Orden se desarrolla la curiosa leyenda de Justo Armas. Por el contrario, a pesar del talente profundamente liberal de los gobiernos de Maximiliano, tanto como virrey en el reino Lombardo-Véneto, o como emperador en México, los miembros de la familia Habsburgo en la línea sucesoria de la corona austriaca no podían ser masones de ninguna manera. Esto era así ya que la utilización del distintivo de "emperador" de la corona austriaca requería la expresa aprobación del Papa romano. Maximiliano sólo renunció a la línea sucesoria austriaca en el momento de aceptar la corona de México. Este hecho de capital importancia política, no niega que los emperadores austriacos de reconocida tradición liberal, no fuesen protectores discretos de la masonería, sin ser ellos mismos masones. Otro dato importante contradice su pertenencia a la Orden; cuando estuvo preso en la ciudad de Querétaro pendiente del juicio sumario, fue visitado por el general republicano de origen alemán, Carlos von Gagern, quien en repetidas ocasiones se identificó como masón según los usos y costumbres de la Orden. Von Gagern afirma que a pesar de ello, en ningún momento Maximiliano le dio indicios de pertenecer a la masonería.

La Gran Dieta Simbólica

El único momento en que la masonería mexicana estuvo bajo una sola institución, fue entre 1890 y 1901, cuando el presidente de la República, Porfirio Díaz, logra unificar las distintas obediencias, en muchos casos por la fuerza. En 1878, el Supremo Consejo del Rito Escocés Antiguo y Aceptado de México había desconocido a la Gran Logia Valle de México, ya que su flamante Gran Maestro era el poeta y político liberal Ignacio Manuel Altamirano, con quien Díaz tenía serias diferencias. Altamirano formó entonces el Supremo Gran Oriente de los Estados Unidos Mexicanos, separando los tres primeros grados simbólicos de los 30 grados siguientes. Obligado por la regularidad dictada por la Gran Logia Unida de Inglaterra, para 1883 el Supremo Consejo de México había reconocido ya entre sus propias filas la separación de los grados simbólicos de los filosóficos, creando la Gran Logia del Distrito Federal para los grados simbólicos, y encabezada por el propio Porfirio Díaz. De cualquier manera, con ello se preparaba el terreno para una futura fusión. Tras regresar Altamirano de la misión diplomática en Madrid en 1889, Díaz ve la necesidad de unificar y reconciliar el pensamiento liberal. Por indicaciones de Porfirio Díaz, se acuerda la fusión de los dos cuerpos más autorizados e importantes de la República Mexicana. Así, en 1890, es convocado por primera vez el que será el organismo que administre tanto los grados simbólicos como los superiores o filosóficos de todos los ritos, la Gran Dieta Simbólica, siendo proclamados Gran Maestro y Gran Secretario respectivamente, el mismo Porfirio Díaz y Emilio G. Cantón. De este modo, el jefe de Estado lograba por primera y única vez la unificación absoluta de la masonería mexicana bajo su mando. Dada la variedad rituálistica y política de la masonería mexicana de aquellos años, en los hechos, la administración única para toda la masonería mexicana sólo puede mantenerse por medio de la coacción del Estado. De este modo, para 1901 la Gran Dieta Simbólica se autodisuelve.
Muchas logias, cuerpos y obediencias se crearon a lo largo del siglo XIX. De igual modo se introdujeron diversos ritos en la República Mexicana, como el del Temple, el de San Juan y el Reformado. No todos han sobrevivido hasta el día de hoy. Actualmente es abrumadoramente mayoritario el Rito Escocés Antiguo y Aceptado, pero son también numerosos el Rito York y el Rito Nacional Mexicano. A principios del siglo XXI han encontrado cobijo otros ritos más comunes en otras latitudes.

El Rito Nacional Mexicano
Recién estrenada la independencia de México, la división entre los denominados yorkinos y escoceses, se trasladó a la política. Los enfrentamientos se hicieron cada vez más duros, llegando a sucederse varios levantamientos militares. En ese contexto, se constituye el Rito Nacional Mexicano bajo el Supremo Gran Oriente del Rito Nacional Mexicano el 22 de agosto del año de 1825, con la finalidad expresa de unificar a los masones mexicanos y evitar al mismo tiempo la intervención extranjera en la Orden y en la política mexicana; el 26 de marzo de 1826 se funda la Gran Logia Nacional Mexicana "La Luz" con la conformación de sus primeras cinco logias simbólicas. Sin embargo, los enfrentamientos no cesan, por lo que el presidente Nicolás Bravo, masón escocés, prohibe por un breve periodo las sociedad secretas, prohibición destinada a las logias yorkinas y del Rito Nacional Mexicano, todas ellas más liberales; pero debido a un rápido movimiento del Gran Maestro del Rito Yorkino Lorenzo de Zavala, las Logias Yorkinas "abaten columnas" (se disuelven) y denuncian a las escocesas, obligando de esta manera al gobierno a disolverlas; el Rito Nacional Mexicano escapa a esta persecución y sigue trabajando en secreto.
Para 1865 el Rito Nacional Mexicano ha dejado de trabajar "A la Gloria del Gran Arquitecto del Universo", y lo hace ya "Al triunfo de la verdad y el progreso del género humano". De igual modo, consta ya de los actuales nueve grados, incluyendo los tres primeros grados simbólicos.

Un miembro destacado de este rito fue Benito Juárez García, político liberal que llegaría a ser presidente de México por el largo periodo que va desde 1858 hasta su muerte en 1872. No está claro el origen de su iniciación; Martínez Zaldúa sostiene que fue iniciado en el Rito de York en la logia "Espejo de las Virtudes" entre 1833 y 1834, en la ciudad de Oaxaca. Por el contrario, Tenorio D'Alburquerque afirma que fue iniciado el 15 de enero de 1847 en la logia del Rito Nacional Mexicano "Independencia" Nº2, en la ciudad de México, días antes de partir a la ciudad de Oaxaca donde tomaría posesión de la gubernatura del Estado del mismo nombre. Lo cierto es que alcanzaría el más alto grado en el Rito Nacional Mexicano.

El Rito Escocés Antiguo y Aceptado
El Rito Escocés Antiguo y Aceptado en sus tres primeros grados simbólicos, es introducido en el periodo colonial quizás por emigrantes franceses, por miembros de la corte virreinal y el ejército realista, o bien ambas cosas al mismo tiempo. De cualquier modo, no está claro si los emigrantes franceses trabajaban mayoritariamente en el Rito Francés, aunque su pertenencia a la corte virreinal apunta a que posiblemente lo hicieran en el antecedente directo de lo que es hoy el Rito Escocés Antiguo y Aceptado. Lo que sí consta en los archivos de la Inquisición es que fueron detenidos en la fiesta de san Juan Bautista en 1791, y posteriormente condenados.

Cuando se declara la independencia el 21 de septiembre de 1821, salen a la luz prominentes masones peninsulares, como el propio virrey Juan O'Donojú y su médico Manuel Codorniu Ferreras. Ambos comparten las ideas liberales del levantamiento militar sevillano de 1820, liderado por Rafael Riego. De este modo, Codorniu será uno de los promotores de la aplicación al naciente Estado mexicano, de los principios de la Constitución de Cádiz de 1812, sugiriendo infructuosamente la separación de la educación de la Iglesia.

El Supremo Consejo del Grado 33 del Rito Escocés Antiguo y Aceptado de los Estados Unidos Mexicanos, el órgano que administra los grados superiores del Rito Escocés Antiguo y Aceptado (del 4º al 33º), se crea en el año de 1859, con patente del Supremo Consejo para los Estados Unidos de Norteamérica, con sede en Charleston. Su primer Gran Comendador fue el ilustre político liberal poblano Ignacio Comonfort, quien para entonces acababa de dejar la presidencia de la República.

Dado que el Supremo Consejo del rito apoyó mayoritariamente al gobierno republicano de Benito Juárez frente a la intervención militar francesa (1862-1867) y la monarquía de Maximiliano I (1864-1867), el 20 de diciembre de 1865, Manuel R. de Cunha Reis, en la capital ocupada por tropas francesas, constituye por su cuenta un Supremo Consejo. Mediante decreto, declara a este Supremo Consejo autoridad única y soberana para toda la nación, sujetando a toda obediencia a su jurisdicción. Entre otras medidas, declara al Rito Nacional Mexicano ilegítimo e irregular, anulando así la calidad masónica de buena parte de los masones republicanos.

El Rito York
En 1825, por conducto Joel R. Poinsett, se entregaron las primeras Cartas Patentes del Rito York por la Gran Logia de Filadelfia. Sin embargo, otros autores consideran muy posible que las logias del Rito York trabajasen ya desde antes del inicio del movimiento independentista de México, logias constituídas principalmente por comerciantes estadounidenses y británicos.

A comienzos del siglo XX, la Gran Logia Valle de México -también llamada entonces "Grand Lodge Valle de México", y existente desde la segunda mitad del siglo XIX-, incluía un gran número de logias en las que se trabajaba en lengua inglesa en el denominado Rito Americano, una de las versiones estadounidenses del Rito York.

El 4 de marzo de 1910, en la Gran Asamblea anual de la Gran Logia, la mayoría de las logia hispanohablantes que trabajaban en el Rito Escocés Antiguo y Aceptado, se retiraron de la Asamblea. Estos disidentes se reagruparon y siguieron actuando bajo el nuevo nombre de Gran Logia Valle de México (en español), el germen de la obediencia que hoy lleva ese nombre. Al año siguiente, las 27 logias que permanecieron al interior de la Gran Logia Valle de México original (16 de habla inglesa, 10 hispanohablantes y una de lengua alemana), cambiaron su nombre a "M.W. York Grand Lodge of Mexico, F.& A.M.", o más comunmente York Grand Lodge of Mexico. Debido a la preminencia del idioma inglés, poco a poco la York Grand Lodge of Mexico fue disminuyendo el número de sus afiliados, siendo trágicamente afectada tras la nacionalización de la industria petrolera de 1939, ya que la mayoría de sus miembros trabajaban para las empresas extractoras británicas y estadounidenses.

De cualquier manera, desde 1911, a pesar de ser una obediencia cuyo idioma oficial es el inglés, de trabajar exclusivamente en el Rito de York y contar en la actualidad oficialmente sólo con trece logias en toda la República, es la única que ha conservado la regularidad administrativa frente a la Gran Logia Unida de Inglaterra de manera ininterrumpida. Por ello, la York Grand Lodge of Mexico, no reconoce en el país a obediencia masónica alguna. Si bien la mayoría de las grandes logias de Estado han alcanzado la regularidad a través de su reconocimiento por la Conferencia de Grandes Maestros Masones de Norte América, la York Grand Lodge sigue siendo la única en toda la República reconocida por la Gran Logia Unida de Inglaterra.

Ya en el siglo XXI, en el año 2006, se lleva a cabo la 144° Gran Comunicación Anual, con presencia de representantes de las grandes logias de Arizona, California, Texas y Oklahoma. Por diferencias interpretativas en la jurisprudencia masónica interna de la York Grand Lodge of Mexico, tres semanas después, tres logias regulares abandonan la jurisdicción de la York Grand Lodge of Mexico. A partir de entonces, la York Grand Lodge of Mexico declara espuria a esta nueva obediencia nacida de su seno, y miembros expulsados a sus fundadores. Por el contrario, para la nueva obediencia la salida procede conforme a la Constitución de la propia York Grand Lodge.

El 24 de junio del mismo año, estas tres logias se reúnen en asamblea, tomando como principios esenciales el respeto a los Antiguos Límites (Landmarks establecidos de manera definitiva en 1929), a la Constitución de la York Grand Lodge of Mexico y a los principios universales de regularidad emitidos por la Gran Logia Unida de Inglaterra. Se constituye así la Muy Respetable Gran Logia del Rito York en México de Antiguos, Libres y Aceptados Masones, con jurisdicción en todos los Estados Unidos Mexicanos, teniendo como idioma oficial el español. Para la naciente obediencia, no existe conflicto alguno con la primera, ya que ambas trabajan en idiomas distintos.
En 2007, la Gran Logia del Rito York en México de Antiguos, Libres y Aceptados Masones, tras ser reconocida por la Gran Logia Regular de Inglaterra, cambia su nombre por el de Gran Logia Regular York de México. Al año siguiente, bajo patente de esa misma obediencia inglesa, se constituye el Alto Consejo Masónico Regular de México.

Grandes Logias en México

La Gran Logia Nacional Mexicana "La Luz"
El 26 de marzo de 1826, el Gran Maestro Guillermo Gardett declaró y proclamó a la Gran Logia Nacional Mexicana con el distintivo de "La Luz" por haberse constituido ya sus primeras cinco logias simbólicas: Num.1 "Meridiano Anahuasense"; Num.2 "Igualdad"; Num.3 "Terror de los tiranos"; Num.4 "Despreocupación Indiana" y Num.5 "Luz Mexicana". En 1862 los distintivos variaron a: Num.1 "Reforma"; Num.2 "Independencia"; Num.3 "Libertad"; Num.4 "El Orden" y Num.5 "Constancia".

De la Gran Logia Nacional Mexicana "La Luz" parte toda la regularidad de la masonería que se practica en México ya que debido a la desaparición de las Logias Escocesas y Yorkinas arriba señalada, únicamente el Rito Nacional Mexicano continuó trabajando y después del triunfo de La República sobre el II Imperio (el de Maximiliano de Absburgo) a partir de 1867, fue "La Luz" quien expidiò las Cartas Patentes que daban regularidad a las logias que empezaron a trabajar en otros ritos.

"La Luz" sigue trabajando hasta hoy en su cede central de la Ciudad de México D. F. y mantiene bajo su jurisdicción, por ministerio de Ley, además de las Logias del Rito Nacional Mexicano que se encuentran en dicha ciudad, a las logias simbólicas del Rito Ncional Mexicano que trabajan en algún estado de la República Mexicana en el que no exista una Gran Logia.

La Gran Logia Unida Mexicana y de Libres y Antiguos Masones de Veracruz
De las grandes logias estatales que hoy sobreviven, sin duda la más antigua es la que corresponde al Estado de Veracruz. Las primeras logias de que se tiene conocimiento, con patente de la Gran Logia de Nueva Orleans en el año de 1815, son las logias "Les amis réunis" y "Obreros del silencio", con sede en el puerto de Veracruz.

El embrión de la actual Gran Logia fue el Supremo Consejo del Grado 33 del Rito Escocés Antiguo y Aceptado para los Estados Unidos Mexicanos, formado en Nueva Orleans provisoriamente en 1858. El 10 de mayo del año siguiente, la sede de dicho Supremo Consejo, con jurisdicción para toda la República, se traslada al puerto de Veracruz. La Gran Logia fue establecida formalmente el 24 de Diciembre de 1885 por la fusión de la Gran Logia de Estado de Veracruz Llave (establecida desde 1869) y la Gran Logia Simbólica Independiente Mexicana (constituída desde 1883). Su primer Gran Maestro y el Primer Gran Secretario fueron José Manuel Muñoz y Félix S. Loperena respectivamente.

La Gran Logia Unida sostiene desde hace años la escuela laica con un programa oficial denominado "La Esperanza", así como una academia comercial donde gratuitamente se prepara a jóvenes de ambos sexos que por su promedio escolar reciban tal merecimiento. La Gran Logia Unida ocupa la que fuera la sede de la Tercera Orden Franciscana Seglar en el estado de Veracruz.

La Gran Logia Valle de México
La Gran Logia Valle de México es actualmente la gran logia de Estado más numerosa de la República mexicana, y trabaja mayoritariamente en el Rito Escocés Antiguo y Aceptado, aunque en su seno existen un par de logias que trabajan en el Rito de York. Hoy en día su jurisdicción incuestionable es la capital del país, el Distrito Federal. Aunque posee constitucionalmente logias en otros Estados de la República, su jurisdicción allí es al menos cuestionada por las grandes logias estatales afectadas. La Gran Logia Valle de México, fue creada en 1865, al separarse los tres primeros grados simbólicos del Rito Escocés Antiguo y Aceptado de los restantes 30 grados superiores. Su patente la obtiene del Gran Oriente de Colombia, potencia masónica que a su vez había recibido su autoridad del Gran Oriente de Francia. La Gran Logia Valle de México acogerá entonces tanto masones del Rito Escocés como del Rito Nacional Mexicano. Las diferencias políticas entre el presidente de la República Porfirio Díaz e Ignacio M. Altamirano, por entonces Gran Maestro de la Gran Logia Valle de México, pronto se trasladarán a la masonería mexicana. Tras el desconocimiento del Rito Nacional Mexicano en 1875 por el Convento internacional del Rito Escocés Antiguo y Aceptado que tuvo lugar en la ciudad suiza de Lausana, en 1877 se lleva a cabo la expulsión del Supremo Consejo del Rito Escocés Antiguo y Aceptado de Ignacio M. Altamirano.
La Gran Logia Valle de México acudió al Supremo Consejo del Rito Nacional Mexicano, quien le otorgó la dispensa para poder seguir sus trabajos. Para entonces, 11 de Enero de 1878, la Gran Logia contaba ya con 21 talleres adheridos.

Un año después, 11 de Enero de 1879, reunidos los delegados de 39 logias simbólicas adheridas a la Gran Logia Valle de México, declaraban debida y legalmente establecido el nuevo Supremo Consejo del Gran Oriente de México, dirigido por Altamirano. Durante los diez años siguientes, se crearon bajo sus auspicios 18 Grandes Logias de Estado (grandes logias regionales) y 193 talleres de grados simbólicos, obteniendo el reconocimiento de muchas potencias masónicas.

A finales de la década del 90 del siglo pasado y principios de este, la Gran Logia Valle de México sufrió la pérdida de regularidad y el desconocimiento de obediencias nacionales e internacionales, a pesar de ser la obediencia mexicana más numerosa. Debido a la acusación de invasión territorial de otras Grande Logias de la República, la Gran Logia Valle de México abandonó la Confederación de Grandes Logias Regulares de los Estados Unidos Mexicanos, lo que le valió ser desconocida por las obediencias regulares más importantes del mundo, como Estados Unidos y Francia (Gran Logia Nacional Francesa) entre otras. Previamente, como consecuencia de disputas territoriales sobre el Distrito Federal (la capital del país) con la Most Worshipful York Grand Lodge of Mexico, F. & A.M, la Gran Logia Unida de Inglaterra había retirado su reconocimiento de regularidad a la Gran Logia Valle de México, en favor de la obediencia del Rito de York.

La Gran Logia de Estado, Soberana e Independiente "El Potosí"
San Luis Potosí, Estado de tradición política liberal, será el lugar donde antre 1869 y 1900 se creen alrededor de veinte logias de Rito Escocés Antiguo y Aceptado. El antecedente directo documentado es la logia "Fe y esperanza" de 1863. Con este antecedente, el 8 de Agosto de 1891, se creó la Gran Logia de Estado, Soberana e Independiente "El Potosí". Siendo su primer Gran Maestro, Carlos Díez Gutiérrez, entonces gobernador del Estado.

Para el Siglo XIX había en el Estado de San Luis Potosí logias escocesas, yorkinas y del Rito Nacional Mexicano. Las logias escocesas superaron en número a las de otros ritos, con lo que pronto se formó una logia capitular supeditada al Supremo Consejo de México, la llamada logia "Hidalgo", con sede en Río Verde.

Gran Logia Valle de Saqqara en el Estado de México
Radicada en el Estado de México desde el año 2000, la Gran Logia Valle de saqqara, es el primer organismo masónico que aglutina tres ritos, el Rito Escocés, el Rito de York y el Rito Egipcio, con más de 26 logias regulares y con más de 320 miembros, este cuerpo masónico se ha convertido en una moderna alternativa para el desarrollo de la masonería en el centro del país, pues en ella se aglutinan logias masculinas, femeninas y mixtas.

Gran Logia del Estado de Aguascalientes "Edmundo Games Orozco"
En la primera mitad del siglo XIX aparecen datos sobre actividad amasónica en el Estado, pero se carecen de datos que permitan afirmar la existencia de masonería regular. Entre los masones prominentes destacan de entonces: Francisco Primo de Verdad y Ramos, José María Bocanegra, Valentín Gómez Farías, Jesús Terán Peredo, José María Arteaga y José María Chávez Alonso.

La masonería inicia trabajos regulares en el Estado a mediados del siglo XIX, muy probablemente auspiciada por José María Chávez Alonso, gobernador del Estado. Los primeros documentos que se tienen, datan del año de 1892 en el que trabajaba la Gran Logia Independiente de Estado "Regeneración" Nº 12, constituida bajo los auspicios de la Gran Dieta Simbólica, que a su vez contaba con varias logias, entre las que se encontraban "Francisco Primo Verdad", "Benito Juárez" y "José María Chávez". Para 1894, el alto cuerpo lo encabezaban Alejandro Vázquez del Mercado, gobernador del Estado y Gran Maestro de la Gran Logia, Jesús Díaz de León como Primer Gran Vigilante y Víctor Villalpando como Segundo Gran Vigilante.

En el periodo revolucionario (1910-1920), la inestabilidad propia de esa época propició que las logias existentes en el Estado, "Francisco Primo de Verdad" Nº 13, "Benito Juárez" Nº 11 y "Aguascalientes" Nº 55, se tornen inactivas. En 1913 nace la logia "Reconstrucción" Nº 17, que en 1919 deja de trabajar. En 1923 se crea la logia "Benito Juárez" Nº 23, que debe entrar en receso por el cierre de la Fundición Central Mexicana que dejó sin trabajo a muchos de sus miembros. No es si no hasta el 28 de marzo de 1928 cuando resurge con carta patente de la Gran Logia Valle de México con el nombre de "Benito Juárez No, 25. En 1943 se crean con hermanos de esta logia, las logias "Tolerancia", "Perseverancia" y "Guardianes del Delta".

Para el año de 1998, en Aguascalientes existían diez logias; nueve con carta patente y una bajo dispensa, todas ellas con Carta patente de la Gran Logia Valle de Mexico. En el mes de junio de ese año, la logia "Benito Juarez" No. 25, renuncia a la carta patente de la Gran Logia Valle de México y convoca entonces a las logias del Estado para reclamar la jurisdicción sobre el territorio del Estado de Aguascalientes, todo ello conforme al derecho masónico vigente. Acudieron las Logias "Benito Juárez", "Tolerancia", "Josué B. Westrup", "Cruz Ansata" e "Hiram Abif", determinando que la Gran Logia del Estado llevaría el nombre de "Edmundo Games Orozco". A estas cinco Logias se unió posteriormente la logia "Adolfo López Mateos". La Gran Carta Patente fue otorgada el 5 de septiembre de 1998 por la Gran Logia Unida Mexicana de Veracruz. Su primer Gran Maestro fue Sergio J. Morales Plesent.

El 5 de diciembre de 1998, la Gran Logia del Estado de Aguascalientes "Edmundo Games Orozco", fue aceptada como miembro activo de la Confederación de Grandes Logias Regulares de los Estados Unidos Mexicanos.

Gran Logia del Estado de México
En el Estado de México, independientemente de las disputas administrativas y territoriales, la obediencia regular es la Gran Logia del mismo nombre, que fue fundada el año de 1997 con patente de la Gran Logia Unida Mexicana de Veracruz. Esta Gran Logia aglutina actualmente a más de 200 miembros, distribuidos en toda la entidad mexiquense. La Gran Logia del Estado de México es miembro activo de la Confederación Interamericana de Masonería Simbólica, así como de la Confederación de Grandes Logias Regulares de los Estados Unidos Mexicanos.

Gran Logia del Estado de Durango
La Gran Logia "Guadalupe Victoria" del Estado de Durango es una federación de logias masonicas del Estado de Durango creada en 1923 después de que la Gran Logia del Estado de Coahuila sediera el territorio; antes de esta fecha, las logias de Durango trabajaban con la Grand Logia de Coahuila. Sus 11 talleres trabajan exclusivamente con el Rito Escoses Antiguo y Aceptado. Esta Gran Logia se ubica en Durango, la capital del Estado del mismo nombre. Es miembro fundador de la Confederación de Grandes Logias Regulares de los Estados Unidos Mexicanos.

Organizaciones juveniles paramasónicas

A.J.E.F.

A.J.E.F. Son las iniciales de "Asociación de Jóvenes Esperanza de la Fraternidad". El Ajefismo es la institución paramasónica mixta juvenil del Rito Escocés Antiguo y Aceptado en América Latina. Nacido en Cuba en 1936, actualmente está ampliamente difundido en la República mexicana. Gracias al intercambio deportivo que existía entonces entre México y Cuba, fue posible que el Ajefismo llegara al país. La enorme influencia del más famoso pelotero cubano de su tiempo, Martín Dihígo, sobre los jóvenes, contribuyó a la formación de la primera logia AJEF en la República Mexicana, establecida en el puerto de Veracruz, en el año de 1939, denominándose logia AJEF "Benito Juárez", y que todavía existe. Martín Dihígo promovió la formación de logias AJEF en los Estados de Campeche, Chiapas y Tabasco.

Es hasta la década de los cuarenta cuando cobra importancia el Ajefismo en México, la Confederación de Grandes Logias Regulares de los Estados Unidos Mexicanos aprueba la existencia de Talleres Juveniles, comisionándose a la Gran Logia "Valle de México" para hacer las adaptaciones necesarias a la Constitución y Liturgias, inspirados en las teorías pedagógicas de la época, dando así un carácter científico a la institución. A partir de entonces, las grandes logias de la República promueven en sus Estados la creación de este semillero de hombres y mujeres que habrán de renovar los cuadros masónicos. Hoy en día, buena parte de quienes se inician masones en la República mexicana provienen de las canteras del Ajefismo.

Orden De Molay
La Orden De Molay nace en los Estados Unidos en 1919. Es la organización paramasónica juvenil masculina del Rito de York. Sus miembros van desde los 13 años a los 21, dirigidos por un maestro masón. Funciona en más de 35 países. En México, tanto la York Grand Lodge of Mexico como la Gran Logia Regular del Rito York en México poseen Capítulos.

Orden de las Hijas de Job y Orden del Arcoiris
Las dos organizaciones paramasónicas juveniles femeninas, originadas en el Rito de York, son la Orden de las Hijas de Job y la Orden del Arcoiris. Tienen características similares a la Orden de Molay. De igual modo que la Orden de Molay en México, ambas órdenes femeninas están ligadas tanto a la York Grand Lodge of Mexico, como a la Gran Logia Regular del Rito York en México.

(enlace a fuente).