El Rito Francés utilizado por todas las Logias del Gran Oriente de Francia desde el momento de su creación y en su gran mayoría para los trabajos, ha sabido conservar sobre aspectos fundamentales los usos de origen introducidos al continente europeo a principios del siglo XVIII y desarrollar formas específicas, coherentes y adaptadas a la Masonería y sus evoluciones.
El Rito Francés es sin duda alguna el Rito más antiguo practicado en Europa Continental. Tiene la ventaja de tener su fuente directamente en el que se practicaba en la época de Anderson al inicio de (alentours) 1723, proviniendo de los llamados «Modernos» lo que le confiere una legitimidad y por tanto una regularidad incontestables.
Implantación de los usos masónicos en Francia
Los usos masónicos que nos han sido transmitidos precisamente por los masones operativos que nos han precedido bajo el nombre de francmasones son primordialmente: El uso de un local cerrado llamado Logia; el respeto de reglas; la transmisión de una cultura, de la experiencia (savoir faire) y de los oficios.
Las primeras logias se establecieron quizá a principios de 1688, por lo regular bajo el apoyo de los seguidores de los Estuardo, refugiados en la abadía de Saint-Germain-en-Laye y por lo mismo con una marcada influencia escocesa e irlandesa. Sin embargo, la presencia de la Gran Logia de Londres, creada en 1717 toma vivo impulso e impone sus reglas:
El local ocupa un espacio, orientado, que parte de dos columnas y dirigiéndose hasta la fachada simbólica del templo. El Maestro de la Logia se ubica al Oriente y los dos vigilantes (Inspectores) están al occidente, formando un triángulo. El papel de los eventuales oficiales -Secretario, Tesorero- es todavía muy fluctuante.
Se coloca un tablero sobre el suelo o sobre una mesa, que es la logia, alrededor de la cual, los hermanos, de pie, se ubican a uno y otro lado, luego se sientan o se ponen a la mesa. Este tablero de Logia está decorado con diversos instrumentos simbólicos y de la letra G de Geometría (objeto de la Masonería), tres grandes luces, tres velas, dispuestas alrededor del tablero alumbran el conjunto y representan el Sol, la Luna y el Maestro de la Logia.
La columna a la izquierda entrando es llamada J y la columna a la derecha se denomina B.
Después de un período de incertidumbre, la primera simboliza la Fuerza, y la segunda la Belleza.
Una tercera columna imaginaria, situada al Oriente, simboliza la sabiduría. Los hermanos entran con el pie derecho y la batería se ejecuta por tres golpes, de los cuales los dos primeros son más próximos.
La recepción del candidato pasa por una preparación (despojamiento de metales, reparación de la vestimenta, vendaje, cámara de reflexión) y una triple ambulación; luego por la obligación con el compás durante la lectura de los «deberes». Enseguida se le decora con el mandil y los guantes.
Parece que originalmente la Masonería no conocía más que un sistema de dos grados:
a) El grado de «Aprendiz-ingresado», basado en la comunicación de dos palabras, J y B, con un signo gutural, un signo pectoral y un tocamiento;
b) El grado de «Compañero de Oficio», que comprendía un palabra en dos partes, M-B, y un tocamiento llamado «Cinco puntos de la Cofradía».
Entre 1730 y 1740, el primer grado original se divide en Aprendiz y Compañero y el segundo grado se convierte en el de Maestro, añadiéndosele la entonces reciente «Leyenda de Hiram», aparecida alrededor de 1720, dramaturgia que conviene el concepto inicial, fundador del origen y la unidad de la cultura masónica.
Esta partición, el deseo de sacralizar el lugar de reunión y el deseo de dar una profundidad al Oriente, van a modificar la organización del espacio usado.
Las evoluciones propias de la Masonería Francesa
Después del período de implantación de las evoluciones específicas para Francia, aparecen desde 1740 algunos aportes de corte hermetista y marcadas influencias caballerescas y monásticas, en especial de los jesuitas. Esto va a traducirse fundamentalmente en el empleo de la espada en las ceremonias, la evolución del modo de recepción de los candidatos y la llegada de palabras nuevas palabras (Orden, Venerable, lenguaje militar en especial para los banquetes, aclamación por la exclamación «Vivat»), así como por la importancia dada al evangelio de San Juan y la valorización en general de la Biblia. En realidad se dio una multitud de innovaciones en la más grande diversidad a partir de mediados del Siglo XVIII.
La representación mental del lugar de reunión cambia, porque la idea de la reunión de hermanos se hace alrededor de la Logia (el Tablero o Tapiz) y se realiza en una estancia pavimentada al estilo mosaico, ante la fachada imaginaria del Templo, al Oriente, deja el lugar a una versión alargada del Templo. Esta, poco a poco, integra mentalmente dicha estancia, que se convierte en el pavimento mosaico y desplaza el patio al exterior, situado consecuentemente más allá del Oriente, que adquiere una realidad (volumique).
Además, una confusión de la palabra inglesa «Pillar» va a llevar a ciertas logias a añadir al centro de la Logia los tres pilares Sabiduría-Fuerza-Belleza y a olvidar (negliger) la función original de las columnas de la entrada. En fin, poco a poco la apertura de la Logia se vuelve más solemne, con aspectos recitativos y repetitivos entre los tres malletes, y aparecen otros oficiales (Orador, Limosnero, Arquitecto), hasta llegar a diez más tarde.
La codificación del Estilo Francés
Muchos acontecimientos deben señalarse para apreciar la unificación ritual que el Gran Oriente de Francia va a poner en marcha a partir de 1773, fecha de su unificación bajo la forma de una Obediencia de nuevo estilo. Todas estas etapas condujeron a constituir una Masonería tal como la conocemos en la actualidad.
Es en un contexto de rivalidades que en mayo de 1773 se funda el Gran Oriente de Francia, introduciendo un principio de unidad y de coherencia obedencial y ritual, que entre otras cosas, pone fin a la inamovilidad de los Venerables e instituye un principio de autoridad a la vez conventual, democrático y centralizado, al mismo tiempo que implica la unificación y racionalización los usos masónicos.
Tendrán que pasar trece años para lograrlo. La Primera Comisión, constituida por Bacon de la caballería, Stroganoff y Toussaint, y luego sobre todo en 1776, la Segunda Comisión formada por Guillotin, Morin Brest de la Chaussé y Savalette des Lances, hicieron una larga investigación.
Roettiers de Montaleau, que dirigió el Gran Oriente de 1795 a 1804 con el título de Gran Venerable en ausencia de Gran Maestro, es quien estuvo en la base de la redacción de un Rito unificado y codificado y que fue impreso sin autorización en 1801, bajo el nombre de «Regulador del Masón». Esta regulación de conjunto proveyó a la inmensa mayoría de las Logias de Francia una herramienta que puede ser considerada como una síntesis razonable, concisa y de formas rituales equilibradas. Los actos esenciales del ritual son fieles al ceremonial y propician su profundización a lo largo de las dos décadas siguientes. De tal manera, el fondo original es preservado y valorizado. Por otra parte, el conjunto es descristianizado.
En efecto, la comparación con los manuscritos disponibles a mediados del siglo, muestra que la codificación se ha concentrado sobre todo en aspectos menores, sobre la organización y vida de la Logia, las decoraciones y los elementos periféricos del ritual.
El ritual Francés Moderno, así llamado desde principios del siglo XIX, corresponde a un procedimiento claro y preciso que se presenta en los años 1740, codificado y adoptado en 1786 e impreso en 1801.
Este ritual será modificado dos veces en la segunda mitad del siglo XIX. Primero por Murat que hizo una versión corta del mismo, neta (nette) y probablemente la más auténtica y fiel. Enseguida por Amiable en una época donde se afirman al mismo tiempo racionalismo, positivismo y cientificismo.
Pruebas y Viajes fueron remplazados por largos discursos sobre las tendencias del momento.
Hubo que esperar a mediados del siglo XX para que Arturo Groussier pusiera a votación en el Convento de 1935, una versión que en parte regresaba a las formas anteriores. Esta forma no será utilizada sino hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, en 1945.
Durante la segunda mitad del siglo XX una versión editada en 1970 modificó el ritual, simplificando los Viajes y las Pruebas.
Debe admitirse que el Rito Francés Moderno es preponderantemente aquel de 1786 o 1801 y que no existe ninguna razón legítima para pensar que pueda haber un «Rito Francés Antiguo». Por tal motivo, esta nueva edición simplemente se llamará Rito Francés de Referencia del G:. O:. de F:. D:. F:.
(Texto Autorizado por el Gran Oriente de Francia )
Enviado por
Hermes :.
Fuente:
Revista Hiram Abif #116 página 16.
Revista Hiram Abif.